Primer día de vendimia, con incertidumbre por un “insólito” clima que puede dañar la uva tardía
La vendimia de 2015 en La Palma ha dado comienzo en Fuencaliente, con la recogida de las primeras uvas de la temporada (vidueños o variedades de pequeña producción en el Sur) en un marco poco propicio para que se cumplan las buenas expectativas con las que se esperaba el inicio de la misma. El clima ‘alborotado’ marca la vendimia aunque con un resultado ciertamente confuso a estas alturas.
Fuencaliente se adelantó este año. Solía ser primero la costa de Mazo, después Fuencaliente y por último la zona norte de La Palma, con una vendimia que se puede extender incluso hasta principios de noviembre en las partes altas de Garafía con uvas de listán prieto. No en vano, la vendimia palmera es la más larga del Hemisferio Norte, según certifican desde el propio Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos La Palma.
En ese marco climático, con tres días de lluvias inesperadas, los viticultores del Sur viven con incertidumbre, con más o menos alarma en función de su experiencia personal y a la espera de ver como sigue evolucionando el tiempo, tras tres jornadas de lluvias y calor que en nada benefician al calendario natural de la vid en La Palma.
Lo cierto es que la lluvia que ha caído durante tres días en agosto, algo inaudito, se topa con un suelo caliente y genera vapores que no son nada propicios para aquellas viñas más débiles, con principios de oidio, una enfermedad que las ataca más en este tipo de condiciones climáticas húmedas y calurosas, que son las ideales para su progresión.
Eva Hernández, gerente del Consejo, entiende que a la uva que ya se está recolectando desde hoy no tiene porque afectarle este cambio de clima, pero a la que se queda en la vid está por ver. La evolución de cada viñedo es una incógnita a día de hoy.
Por lo tanto, la previsión es igual de buena que la del año pasado, por los números que se manejan, pero con una gran incógnita sobre cómo afectará estos días de clima incomprensible a la producción final. Eso sí, aclara Hernández, “la uva que no tenga calidad, se quedará en el campo”.
Las previsiones antes de los días de lluvia en agosto era de una recolección de entre 1,2 y 1,4 millones de kilos. Algo similar a lo ocurrido el pasado año. Ahora, con este tiempo loco, cualquiera sabe.
Información publicada en: El Time.